El último candidato para su aprobación GCS es la Península de Nicoya en la costa del Pacífico de Costa Rica. Hace veinte años, la península de la región de Guanacaste fue completamente deforestado cerca, con el fin de producir ganado para la «conexión hamburguesa». Desde entonces, una combinación de factores de mercado y las políticas ambientales consiguientes han logrado restaurar una gran cantidad de los bosques húmedos, secos, y premontanos tropicales. Gerardo Barbosa, director de la Fundación para el Desarrollo y Conservación FUNDECODES está contento que la fauna ha vuelto a la península. Junto con el Sistema Nacional de Áreas de Conservación y el mecanismo estatal para pagos de servicios ambientales FONAFIFO, su ONG ha logrado restaurar corredores de biodiversidad de especies para migrar. «Si no hubiéramos iniciado este proceso, las consecuencias locales del cambio climático creemos, sería mucho más drástica hoy», afirma. En verano, los incendios forestales constituyen siempre un riesgo para el ambiente endeble. Las comunidades locales valoran sus bosques y los servicios ecologicos que ellos prestan, apoyado por los cuerpos de bomberos voluntarios, con un sistema que ha estado funcionando con medios técnicos durante más de 15 años. El propósito de la presentación del proyecto a la GCS es fomentar el desarrollo sostenible en las zonas rurales de la península conocida principalmente por sus hermosas playas, pero cuyos senderos de montaña no son menos espectaculares.
La visita de campo por el GCS se llevó a cabo entre el 22 y 28 de febrero, con el apoyo de GIZ, la Cooperación Técnica Alemana. El proyecto está a la espera de aprobación por el Panel técnico.
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